jueves, 12 de abril de 2012

Palabras, lenguajes, significados


La verdad sea dicha, debido a mi profesión siempre me he movido en ámbitos en los que de escuchan palabras extrañas y lenguajes algo extraños. Sí, en el mundo de la publicidad y del marketing se es muy aficionado a mezclar las palabras inglesas en las conversaciones profesionales entre compañeros, en presentaciones a clientes, etc. Eso siempre se supone que da una imagen de que se sabe mucho más de lo que en realidad se sabe. Pero bueno, al fin y al cabo, son palabras y frases llegadas ambos de las Américas y que suenan muy chulas según algunos. A mí personalmente, siempre me ha gustado más utilizar el castellano y alejarme de esas palabras anglosajonas que tanto molan, claro sin llegar al extremo de decir “mercadeo” cuando me refiero al marketing, ni decir tampoco “cartear” cuando se habla de mailing. Pero bueno, quitando unas pocas palabras, el resto se pueden decir perfectamente en castellano y así nos entendemos todos más fácilmente.

En fin que tras esta introducción rollete, lo que yo quería decir es que estoy comprobando que el lenguaje castellano que yo aprendí, el significado de las palabras que a mí me enseñaron, debe haberse quedado anticuado porque ya no vale. Las cosas ya no significan lo que han significado toda la vida, y estamos llegando a un punto que nos va a ser necesario a todos volver a pasar por la primaria del cole. Al final va a resultar que la demostración matemática que me hicieron cuando yo era jovencito de que dos es igual a cuatro, es dogma de fé.

Bien repasando lo escuchado los últimos días, vemos el tema del lenguaje que decía.

- Resulta que la “amnistía fiscal” no es tal amnistía, sino un “gravamen” que se pone al dinero que es aflorado por esos que lo tienen.

Por otro lado los “defraudadores” no son tales, sino personas muy listas e inteligentes que han estado guardando el dinerito para traerlo ahora que nos hace falta y encima pagando un 10%.

Por otra parte los recortes de dinero en servicios tampoco son lo que creemos, son simples “ajustes” derivados de que antes no habían sabido ajustarlos.

Los despidos de gente en las empresas no son despidos, sino acciones encaminadas a hacer las empresas sostenibles.

En Madrid parece ser que la subida de las tarifas del Metro, no son tales subidas, sino todo lo contrario, bajadas de los descuentos que antes se realizaban.

Los abonos del Metro y esas cosas ahora parece que se llaman “forfaits”.

Nos dicen que están trabajando para dar un “giro radical” a los temas que la “evolución cíclica” viene generando.

La gente que está en paro y no encuentra empleo, no son desempleados sino personas que se han tomado la jubilación muy pronto, las vacaciones muy largas o que prefieren realmente la vida contemplativa.

Las mujeres que deciden no tener hijos, realmente no son mujeres sino un ente extraño e incalificable que pulula por las calles, las casas y los trabajos.

Y en fin, así podríamos continuar disertando sobre la “inmortalidad del cangrejo ermitaño” o sobre la “incidencia periódica de la contingencia alcista de los niveles medios” hasta que los que están decididos a ahogarnos, tengan a bien aflojar un poco la mano que nos está estrujando el cuello, y podamos tomar aunque sea un poquitín de aire fresco, eso sí, dándoles las gracias infinitas por ello y mostrándonos dispuestos a realizar cualquier sacrificio y empobrecimiento que nos sea requerido.

Ayy si no fuera por estos desahogos, donde estaríamos ya.

Por cierto que se me olvidaba, para los aficionados a las matemáticas (sencillotas ehh), ahí va esa demostración de que hablaba antes.

Bien partimos de la sencilla premisa siguiente:
o   a = 2
o   b = 2
Tenemos que:
o   a = b
Si multiplicamos una igualdad por el mismo número, la igualdad se mantiene, por tanto multiplicando a ambos por a:
o   a2 = ab
Ahora restamos la misma cantidad a ambos lados con lo que la igualdad se sigue manteniendo, es decir:
o   a2 - b2 = ab - b2
En el primer miembro tenemos una diferencia de cuadrados que es suma por diferencia, y en el segundo podemos sacar de factor común a b, de forma que nos queda:
o   (a + b) (a – b) = b (a – b)
Dividimos a ambos por (a-b) y nos queda entonces:
o   a + b = b
Osea ni más ni menos que 4 = 2

De modo que amigos, habrá que prepararse para que nos paguen como 2 y nos cobren como 4 y para que las empresas que están ganando 4 en realidad nos convenzan de que sólo están ganando 2.
Resumen:
o   a = 2
o   b = 2
o   a = b
o   a2 = ab
o   a2 - b2 = ab - b2
o   (a + b) (a – b) = b (a – b)
o   a + b = b
o   4 = 2
Así es la vida.

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