Andan últimamente todos locos y revueltos con el tema de la "Marca España", que si se ha deteriorado en el extranjero, que si como la recuperamos, que como la vendemos, que si unos la estropean y otras más, y un largo etcétera de opiniones, comentarios, análisis de expertos y de no expertos, y multitud de líneas y espacios en los medios.
Unos, los que ahora mandan, dicen que los socialistas cometieron toda clase de tropelías, que despilfarraron, que nos llevaron a un desastre sin precedentes y que por eso la marca está por los suelos, vaya que nadie da un euro por ella.
Otros, los que mandaban antes, que dicen que la desconfianza y el esperpento lo ha generado el gobierno popular, diciendo una cosa y haciendo otra, proclamando que no se fía nadie de Rajoy, que en todos los países europeos le toman a chufla y varias cosas más, y que por eso, ya no se fía de nosotros absolutamente nadie.
Y yo me pregunto: ¿qué era la "Marca España" antes y qué es hoy?, ¿ha existido de verdad alguna vez la "Marca España" como producto solvente y creíble?.
Personalmente creo que la marca España fuera de nuestras fronteras nunca ha sido gran cosa, más que nada ha sido como siempre, sol, toros, flamenco, fiesta y vino. Y eso es lo que creo que sigue siendo. Hemos pasado unos cuantos años en los que nos hemos creído, más bien algunos se han creído, que éramos los "reyes del mambo", multitud de gente con menos de dos dedos de frente pero con mucho morro y pocas luces, que no se sabe muy bien como, de repente empezaban a amasar fortunas absurdas, basadas fundamentalmente el el ladrillo, esa maldita burbuja de la que muchos se aprovecharon, con la que algunos se enriquecieron, y que ahora hemos de pagar todos. El dinero volaba, los coches de alta gama, los chalés, los restaurantes de lujo, los viajes, la ropa cara y "viva la Pepa". Todo hueco y vacío, un engaño que pagaremos durante años. Más allá de eso, la marca España no ha tenido demasiado recorrido, aunque alguna de nuestras empresas multinacionales, hayan tenido en los últimos años una expansión internacional enorme, pero muy pocas ganas de llevar el nombre de España en su expansión fuera de nuestras fronteras.
La marca España desgraciadamente no nos la compra nadie fuera de aquí porque en primer lugar no la compramos ni nosotros mismos. Siempre hemos sido muy dados a acoger lo que venía de fuera como si fuera el "no va más" y en los últimos tiempos y con el enriquecimiento de mucha gente de pocas luces, hasta se permitían eso de usar palabrería extranjera y hasta hablar con acento de fuera porque habían pasado unos días en USA o en UK.
Como en casi todos los productos existentes, para que la sociedad los compre y crea en ellos, lo primero que debe ocurrir es que aquellos que los fabrican sean los primeros en creer en ellos, comprarlos y recomendarlos.
El día que nosotros mismos compremos la "Marca España" internamente, creamos en ella y estemos plenamente convencidos de su valor, seremos capaces de convencer al resto del mundo de que la "Marca España" es algo que vale la pena.
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