miércoles, 31 de octubre de 2012

Aspectos fundamentales en la comunicación


Hay elementos fundamentales a considerar a la hora de planificar y ejecutar una adecuada comunicación, si queremos que la comunicación y el producto o la marca impacten en los targets a los que se dirigen de una forma eficaz y efectiva, y al final veamos que los resultados proporcionan el éxito deseado.

1.- Hay que ser honesto y sincero. Y esto se debe comunicar. Ya pasaron los tiempos en los que la comunicación se enfocaba única y exclusivamente para vender y cuanto más mejor, independientemente de que el producto tuviera o no las características que se comunicaban, de que fuera tan bueno como se decía y de que la calidad del mismo fuera tan superior como se transmitía muchas veces.

Ya no es posible esto, hay que decir la verdad y decirla sin equívocos, hay que comunicar informando y consiguiendo que el consumidor, además de dejarse seducir por nuestra comunicación y marca, comprenda perfectamente los beneficios que ese producto puede representar para él, siempre beneficios reales y verificables. No se puede engañar en la comunicación, pues los engaños han demostrado ser a la larga, el acta de defunción para muchos productos y empresas.

La publicidad engañosa, la comunicación sesgada y parcial y la promesa de beneficios que realmente no se ofrecen de forma tangible, son las mayores causas de las deserciones de clientes y de la correo de transmisión negativa que éstos inician entre las personas que les rodean hacia las marcas y productos que han engañado.

2.- Hay que invertir lo necesario. En éste punto es conveniente aclarar que cuando se establecen los presupuestos de comunicación, se deben realizar en base a un profundo y meditado estudio acerca de cuáles son los canales y los medios más apropiados para llegar a quienes se quiere llegar, y planificar adecuadamente en función de esos canales y medios.

Lo que no es nunca bueno es intentar realizar una comunicación pagando menos de lo que vale. Muchas empresas intentan adquirir para su comunicación los presupuestos más baratos aún sabiendo que no se les va a proporcionar el servicio que requieren, no se preocupan de analizar y meditar sobre el equilibrio calidad/coste, y pagan un precio mucho menor del que deberían, obteniendo lógicamente un servicio mucho más deficiente del que necesitan. Luego ven los malos resultados y siempre piensan que la comunicación “no funciona”, cuando realmente lo que no funciona es “su forma de invertir en la comunicación”.

Cada medio, cada soporte, cada vía de comunicación tiene su precio justo y no se puede pretender comprar más barato de lo que vale porque si se hace, al final la comunicación no será la que debe ser. Si se pretende conseguir “precios de mercadillo” en la comunicación, los resultados finales de la misma serán igualmente “de mercadillo”.

3.- Adecuar la comunicación. Es muy importante saber que la misma comunicación no vale para todos los medios y soportes de igual manera. La diversidad de medios, sus diferentes características y la diferente manera en que los usuarios de cada medio utilizan el mismo, requiere que adaptemos la comunicación a cada medio, buscando la mejor manera de aprovechar las características del mismo para conseguir que los impactos sean de la máxima calidad y eficacia.

Hoy día muchos medios posibilitan la comunicación “bidireccional” entre anunciante y cliente o potencial, y por ello la forma de comunicar por estas vías no puede ser igual que la de los medios en los que no existe esta posibilidad, y sobre todo se debe tener en cuenta que si se facilita la comunicación por medios que permiten la bidireccionalidad, esto debe realizarse con todas las consecuencias, no se puede poner a disposición de los clientes un diálogo en el que más tarde van a encontrar el silencio o el olvido por respuesta.

4.- Lo que busca el consumidor. Cuando alguien compra o adquiere un producto está motivado por algunas variables y está buscando unos objetivos claros y concisos. En éste aspecto cuando lo que se busca es precio por encima de cualquier otra cosa, está claro que el consumidor comprará lo más barato y siempre que cumpla con unos mínimos de calidad y fiabilidad, pero normalmente no exigirá mucho más de ese producto que compra. Los consumidores han ido aprendiendo mucho y saben que a cambio de precio tienen que renunciar a ciertas características e intangibles de los productos.

Ahora bien, cuando el precio no es la premisa fundamental y lo que se busca es marca, calidad, fiabilidad, buen servicio y todas esas características tangibles o intangibles que acompañan a los productos y los hacen posicionarse en los escalones superiores entre las percepciones y deseos de los consumidores, entonces es donde empiezan a contar y mucho esas características “diferenciadoras” que convierten a algunas marcas en líderes de su sector.

En estos productos es donde las marcas deben cuidar al máximo en primer lugar la calidad e imagen de su producto, y además todo lo que rodea al mismo, desde la comunicación, el proceso y lugar de venta, el servicio y atención post-venta, el grado de satisfacción, la fidelización y un largo etc. Las marcas, en este caso, deben ser algo más y hacer ver a sus clientes ese algo más. Los clientes deben saber que detrás de la marca y el producto adquirido, hay toda una organización encargada de que su cliente encuentre la máxima satisfacción con el producto. Y en éste aspecto la comunicación es elemento fundamental.

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